Al
principio, la ciudad era sólo palabras. Amontonadas unas encima de otras,
formando edificios, farolas, perros y nubes. Después las personas, atraídas por
las palabras, comenzaron a llegar en manadas, buscando cosas que decir,
formando frases para decirse unos a otros. Y amándose y odiándose con las
palabras, que se iban gastando poco a poco, como la ciudad que se iba quedando
sin ellas. Los edificios perdieron plantas, las farolas apenas daban luz, los
perros ya no ladraban a sus dueños y las nubes perdieron sus formas. La ciudad
entonces se quedó en silencio, y todos se miraban sin saber qué decir ni qué
hacer. Sin saber que en otro sitio, lejos de allí, otra ciudad se levantaba con
las mismas palabras, formando puentes, ríos, vallas y calles. Y que esperaría
allí, erigida, a que los hijos de las personas que una vez llegaron, marcharan
para tener otra vez cosas que decir. Y empezar de nuevo.
Saturday, October 27, 2012
Sunday, October 21, 2012
"Vida de Pi", de Yann Martel
He recomendado este libro a multitud de amigos y
familiares. Y cuando me preguntaban de qué iba, siempre les contestaba lo mismo:
Imagina una barca en medio del océano. En esta barca hay un niño, una cebra, un
gorila, una hiena y un tigre. La hiena se come a la cebra y al gorila. El tigre
se come a la hiena. Entonces sólo quedan el niño y el tigre, náufragos, en una
barca en mitad del océano. Y el niño debe evitar por todos los medios que el
tigre le devore. ¿Cómo? Demostrándole quien es el animal alfa de ese territorio.
Debe pescar para los dos y conseguir agua dulce. Debe buscar una forma de que
les rescaten. Debe, sobre todo, mantener su cordura en el intento.
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