Supongo que todo fue porque no conocía demasiado el cine
español. Pero empezó antes, mucho antes de que aquello pasara. Empezó a los
quince años, con mi primera novia, Victoria, una chica delgada y con el pelo
cortado a capas. No tenía mucho pecho pero movía muy bien la lengua, y cuando
tienes quince años eso es mucho más que suficiente.Después vino María a los
diecisiete, que tenía el culo muy duro y hablaba por los codos. Podía hablar
mientras se desgastaban las montañas. Con ella llegué hasta el final, pero tras
muchas horas mirando sus labios moverse sin parar llegué a la conclusión de que
no valía la pena, que las montañas no eran lo único que se desgastaba.
Tuesday, August 13, 2013
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