Te has levantado de la cama y
te has mirado al espejo. Empiezas a estar cascado. No tienes un duro en
la cuenta, tu carrera está estancada y te sobran de cinco a diez kilos.
Nadie contesta tus mensajes. Ni tú mismo sabes cómo has sobrevivido los
últimos meses ni cómo vas a sobrevivir los siguientes. Te das cuenta de
que ese momento, delante del espejo, es el más bajo de tu vida. Y te
deprimes. Claro, lógico. Pero déjame decirte algo. Este va a ser, sin
duda, el momento más importante de tu vida, la piedra sobre la que
levantarás tu iglesia. ¿Has oído alguna vez hablar a alguien
verdaderamente rico? Todos detallan lo pobres que eran, como tuvieron
que tirar de préstamos de amigos y familiares. Nadie habla del éxito,
sino del camino. Porque es el camino el que dará forma a tus pies. Y son
tus pies, con cada nueva pisada, los que dan sentido al camino. Tu
camino. Quien quiere llegar a una meta, necesita una salida. Y esta es
la tuya, delante del espejo. Sin esto, no hay nada.
Tuesday, March 04, 2014
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