Te has levantado de la cama y
te has mirado al espejo. Empiezas a estar cascado. No tienes un duro en
la cuenta, tu carrera está estancada y te sobran de cinco a diez kilos.
Nadie contesta tus mensajes. Ni tú mismo sabes cómo has sobrevivido los
últimos meses ni cómo vas a sobrevivir los siguientes. Te das cuenta de
que ese momento, delante del espejo, es el más bajo de tu vida. Y te
deprimes. Claro, lógico. Pero déjame decirte algo. Este va a ser, sin
duda, el momento más importante de tu vida, la piedra sobre la que
levantarás tu iglesia. ¿Has oído alguna vez hablar a alguien
verdaderamente rico? Todos detallan lo pobres que eran, como tuvieron
que tirar de préstamos de amigos y familiares. Nadie habla del éxito,
sino del camino. Porque es el camino el que dará forma a tus pies. Y son
tus pies, con cada nueva pisada, los que dan sentido al camino. Tu
camino. Quien quiere llegar a una meta, necesita una salida. Y esta es
la tuya, delante del espejo. Sin esto, no hay nada.
Así que vístete y comienza a hacer cosas. A mandar mails con propuestas,
a escribir chorradas y grabarlas, a diseñar ropa, a crear un blog. Sal a
correr y comienza a comer ensaladas, que cuando sabes hacerlas, están
bien ricas. Sé el propio motor que ponga en marcha tu vida. Sé
consciente de que para llegar a una meta hay que dar miles de pasos, y
que a veces tendrás que volver atrás y escoger mejores caminos. Olvídate
de lo que te digan los demás, desoye sus consejos. Ellos no están en tu
camino, sus metas son otras. No envidies sus logros, eso sólo te va a
quitar tiempo y energía para conseguir los tuyos. Trabaja duro, aprieta
los dientes y continúa dando pasos, escribiendo, interpretando, mandando
mails con propuestas. No hay otra manera.
Ríete mientras continúas. Piensa en ti como ese personaje de la
película, el que llegó a conseguirlo todo. Mírate desde afuera, reconoce
que alguna de las cosas que te pasan también tienen gracia. ¿Las
tristes también? Especialmente las tristes.
No creas que a los demás les han regalado todo. ¿O tan bien conoces su
historia, sus dudas, sus miedos? Nadie está libre de sufrimiento, todos
tienen cicatrices que enseñar. Pero algunos continuaron, no se pusieron
excusas, no se dijeron aquello de estoy cansado, estoy gordo, no tengo
dinero, no tengo talento. No dijeron nada y continuaron hasta alcanzar
su meta.
Y si no estás dispuesto a sufrir hasta llegara la meta, si no lo deseas
hasta ese punto, hasta la locura, hazte a un lado. No entorpezcas, no
critiques, no seas la piedra en el camino de nadie. Porque ellos lo
intentan y tú ya no.
Y cuando llegues, con tus zapatos desgastados y tus pies llenos de
heridas, recuerda ese momento delante del espejo, ese momento que estás
experimentando ahora, y sonríe. Porque sin ese punto no habrías llegado
hasta aquí. Gracias a eso te puedes sentir ahora orgulloso. Porque ese
momento, ahora lo sabes, ha sido el más importante de tu vida. Sin ese
momento, nada habría tenido sentido.
ooooleeee
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