Un
contendiente era de Umbergistan, el otro soviético. Se enfrentaron en la final
del campeonato del mundo de ajedrez en 1963, en Belgrado, entonces capital de
la antigua Yugoslavia, en un clima de enorme tensión política. Andrey, el ruso,
tenía la tez pálida y el pelo cortado a cepillo. Amir, el umbergo, tenía la
piel olivacea y un aceitoso flequillo. Todo el mundo estaba pendiente de
aquellas doce partidas, y de lo que su resultado significaría en las relaciones
de las potencias norteamericana y soviética. Estados unidos apoyaba
económicamente a Umbergistan frente al bloqueo al que le estaban sometiendo los
rusos. Los americanos habían reclamado por la elección del país, creada una
república socialista ese mismo año. Parecía que el factor campo podía decidirlo
todo.
Tuesday, December 01, 2015
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